miércoles, 2 de diciembre de 2009

GALERÍA DE NOTABLES ( V ): FRAY JOSÉ DE SIGÜENZA


Su verdadero nombre fue el de José Martínez Espinosa; nacido en Sigüenza el año 1545. Era hijo natural del sochantre de la catedral don Asensio Martínez de Sigüenza y de una mujer viuda llamada Francisca de Espinosa. Estudió durante dos años en la Universi­dad Seguntina, licen­ciándose en Arte y Teología durante los tres siguien­tes. En 1567 marchó al monasterio segoviano de Santa María de El Parral para vestir los hábitos de la Orden Jerónima. Más tarde pasó a ser catedrático de la Universidad de Sigüenza y prior del monasterio de El Parral. En El Escorial, años después, fue rector, bibliotecario mayor y catedrático de Sagradas Escrituras.
De su obra literaria -uno de nuestros mejores autores clási­cos- merece se destaque la Historia de la Orden Jerónima, Vida de San Jerónimo, Historia del Rey de Reyes, Instrucción de maes­tros y escuela de novicios, Poesías, todo ello en un estilo severo y elegante como corresponde a los genios más represen­tativos de su época. Describió y criticó todo el arte recogido en El Esco­rial, en especial algunas pinturas de Tiziano y el entonces polémico San Mauricio y compañeros mártires del Greco, forma de hacer con la que no estaba de acuerdo, ya que "Los santos -decía- se han de pintar de manera que no quiten la gana de rezar en ellos, antes pongan devoción".
Es, sin duda, el hijo más preclaro de la Ciudad de los Obispos. El Padre Sigüenza murió el 22 de mayo de 1606 a conse­cuencia de un ataque de apoplejía.

1 comentario:

Raoul Shade dijo...



Reconocido por los grandes escritores como Menéndez y Pelayo, Unamuno, Gregorio Marañón, J. L. Alborg , Julio Cejador y Sainz Rodríguez, e ignorado por el publico en general y por las antologías de literatura, Fray José de Sigüenza posee un estilo de prosa tan exquisita que leer su “Historia de la Orden de San Jerónimo” se convierte en una lectura obligada. Su pensamiento libre del dogma religioso le costó varios meses de detención por parte de la Inquisición de Toledo, sobretodo por desestimar la Vulgata y recurrir a as fuentes bíblicas originales en lengua hebrea, gracias a su maestro Benito Arias Montano, quizás el más grande hebraísta de Europa. Fray José también fue uno de los pocos en apreciar el genio de El Bosco, cuya obra maestra El Jardín de las Delicias (el cuadro favorito de Felipe II) estaba mal visto por la Inquisición y por los ortodoxos.
Su “Historia de la Orden de San Jerónimo” es una joya de la literatura en castellano. Lamentablemente muy poca gente la ha leída, así como su “Fundación del Monasterio El Escorial por Felipe II” en donde, además de narrar en detalle toda la construcción del Monasterio en gran prosa, analiza en profundidad las obras de pintura, escultura y arquitectura.
Raoul Shade