Consolidada
después de diez años consecutivos desde su recuperación y puesta al público, la
fiesta de “Los Cencerrones” de Cantalojas, declarada recientemente de Interés Provincial,
se celebró ayer con un tiempo inmejorable en aquella distinguida localidad de
nuestra Sierra Norte. Asistencia importante de público, con diez grupos
participantes en el “Concurso de villancicos”, procedentes de distintos lugares
de las provincias de Guadalajara y Madrid.
Pregón
ajustado al origen y contenido de la fiesta y del lugar, a cargo del Dr. Rafael
del Fresno Cerezo, oriundo del pueblo, en la nueva experiencia del cambio
radical de horario; ya que por primera vez todos los actos se celebraron a lo
largo del día, y no durante las primeras horas de la noche, como hasta ahora se
había venido haciendo. Un detalle que sin duda asegura su futuro.
Serio
intento de adaptarse con autenticidad al viejo costumbrismo castellano, de
acuerdo con la Literatura Pastoril de añosas épocas, sacadas a la luz en su día
por la profesora Mª Mar Serrano, hija del pueblo, y aplicadas en su esencia más
pura, que todavía habrá que ir perfeccionando y enriqueciendo, con lo que el
encuentro anual de “Los Cencerrones” va tomando una importancia y un interés
festivo de primer orden, con dos nombres a destacar que a todo lo largo de esta
aventura se han esforzado por sacarla adelante, sobre la base del trabajo y del
sacrificio; se trata de Antonio Garrido y de su hija Susana, que siempre han
contado con el apoyo de la Asociación Cultural y con la participación
desinteresada de un pequeño grupo de familias.
Pasada
la décima edición, y en palpable progreso de mejora, creo que vale la pena
volcarse a favor de este renuevo cultural que, al hilo del viejo costumbrismo
de la Serranía, ha brotado exitosamente en uno de los pueblos más atractivos, y
más fríos también en nuestros inviernos, de toda la provincia de Guadalajara.
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