domingo, 24 de enero de 2010

GUADALAJARA EN LA LITERATURA ( y I I I )


Metidos ya en nuestra propia época, es el académico gallego y premio Nobel de Literatura don Camilo José Cela quien acapara con sus Viajes a la Alcarria, uno en 1946 y otro en 1985, casi todo el laurel literario de la provincia de Guadalajara a niveles internacionales.
A pesar de todo, sin que sea tan notorio a escala popu­lar, ahí queda el incomparable relato que Sánchez Ferlosio titula "Industrias y andanzas de Alfanhuí", un cuento fantásti­co cuya primera parte transcurre en otra Guadalajara fantásti­ca también: «Las viejitas de Guadalajara -dice- tienen los huesos de alambre y mueren después de los hombres y después de los álamos. Se ahogan en los vados del Henares y se las lleva la corriente, flotando como trapos negros». El mismo autor tiene también pre­sente esta tierra en varios pasajes de "El Jarama".
Seguramente que es de mayor actualidad "El río que nos lleva", del académico José Luis Sampedro. Novela escrita en 1960 que ha sido trasladada al cine, en la que se cuentan las pendencias y aconteceres de la vida de los antiguos gancheros por los pueblos y vericuetos ribereños del Alto Tajo. En el siguiente fragmento el Seco, uno de los gancheros que protagonizan la novela, habla así del balneario de Mantiel, desaparecido bajo las aguas del pantano de Entrepeñas: «...estas son las mejores aguas del mundo pa el reuma. Pero no puede, aquí no hay médico, ni luz, ni postín, ni na. Mejor: así está barato pa los pobres y áspero pa los ricos, que tienen que irse al médico. Bien que les escuece a los de los baños de La Isabela, siempre con denuncias porque éste les quita gente. Pero allí cobran un dineral y aquí, por un duro por barba, te metes en un cuarto y te dan hasta un jergón de paja y tu cabezal. Lo demás que quieras tú te lo traes y tan ricamente.»
Un autor molinés, natural de Labros, Andrés Berlanga, ha dejado un hermoso documento sobre la vida y costumbres del Alto Señorío durante los años de la posguerra en su novela "La Gaznápira", publicada en 1984, y que constituye otro título puntero dentro de las mejores obras que tienen como tema las tierras de Guadalaja­ra: «El pobre sacristán se marchó cariacontecido de la Casa Lugar porque ni el Cristóbal ni ninguno se ha dirigido a la Liboria. Los mozos se meten en el bar de la Pitona y se la echan a ver quién come más huevos fritos o quién parte más nueces y almendrucos con las muelas o, si el porrón mana generoso, acaban por apostarse con el Caguetas un cuartillo de vino o una lata de anchoas a que no es capaz de romper de un cabezazo la pared de adobes del corral del Manquillo».
Otro destacado periodista y escritor de nuestro tiempo afincado en la Alcarria, Manuel Leguineche, publicó en 1999 un libro de muy grato leer que titula "La felicidad de la tierra"; relatos y vivencias de su estancia en la finca de su propiedad “El Tejar de la Mata”, junto a Cañizar, y que, sin duda, se trata de uno de los libros más bellos de los que han elegido como asunto aquel u otros lugares cualquiera de la Provincia, su naturaleza particular, sus cosas y sus gentes: «Almuerzo de todo el pueblo en la plaza del Ayuntamiento, en homenaje a Manolo, el médico que se despide. Se va a Mondéjar. Le echarán de menos. Son los sólidos lazos que se establecen entre él, médico rural, y el pueblo. Este Manolo, aragonés de Maella, está hecho de rabos de lagartija. Se pagó la carrera cantando con la tuna por las rutas de Europa. Es un tipo espigado, muy filarmónico, andarín, más del campo que las amapolas. Cobra un par de zorzales, los despluma, los tuesta al fuego, añade la sal que siempre lleva consigo en el zurrón y se los merienda debajo de un olivo. Causa asombro verle brincar por el paisaje. Su padre, guardia forestal, le puso al tanto de los secretos del campo. Tuvo un buen maestro porque Manolo, con precisión clínica, adivina los cambios del tiempo, conoce la querencia de la perdiz, las zigzagueantes trayectorias del zorzal, los caprichos de la liebre.» Todo lo dicho sin contar en ningún momento con la labor meritoria de tantos autores que nacieron o viven en la Provincia, cuyos nom­bres, en entradas monográficas dedicadas a cada uno de ellos, pueden aparecer en trabajos monográficos dentro de este blog.

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